Noticias aleatorias del Archivo Los dispositivos móviles arruinan el sueño
27.12.2014
El reloj biológico depende del ciclo natural del día y la noche, pero el progreso científico y tecnológico nos ha traído la iluminación artificial, de modo que ya no dependemos de la luz solar y podemos trabajar, leer y, en general, estar activos también por la noche. Al mismo tiempo, muchos procesos moleculares, celulares, fisiológicos y mentales dependen de los ritmos diarios. ¿Y qué nos sucede entonces cuando nuestro reloj ve luz alrededor, cuando, según el curso natural de las cosas, ya debería haber oscuridad alrededor?
Recientemente, este tema se ha estudiado de la manera más intensa y los resultados son decepcionantes. Numerosos trabajos científicos muestran que un ritmo circadiano alterado afecta no solo a la actividad nerviosa superior, sino también, por ejemplo, al metabolismo: acostarse a la hora equivocada o no dormir lo suficiente con regularidad, corre el riesgo de desarrollar diabetes, problemas de sobrepeso, etc. Además, a veces ni siquiera es necesario romper el ritmo diario en sí, basta con una iluminación anormalmente brillante en un momento inoportuno.
Hace dos años, los empleados de la Universidad Johns Hopkins (EE. UU.) publicaron un artículo en Nature en el que afirmaban que, incluso si te acuestas a la hora adecuada, la iluminación brillante que nos acompaña hasta el final puede causar daño por sí misma. Los animales que se vieron obligados a vivir constantemente en luz brillante mostraron signos de depresión: dejaron de interesarse por los demás, su memoria se deterioró y el nivel de hormonas del estrés aumentó. Los autores del trabajo sugirieron que la depresión de una persona urbana moderna puede deberse al hecho de que en las ciudades la noche es "clara como el día".
Sin embargo, dos objeciones pueden plantearse inmediatamente aquí. En primer lugar, los resultados de algunos estudios aún deben volver a verificarse en humanos, después de todo, nuestra fisiología difiere de la fisiología de los ratones de laboratorio, que en la naturaleza generalmente deberían llevar un estilo de vida nocturno. En segundo lugar, muchas personas leen algo de las pantallas de las computadoras portátiles, teléfonos inteligentes, tabletas, etc. antes de acostarse, pero al mismo tiempo apagan la luz del techo, permaneciendo en una oscuridad casi total. ¿Puede la radiación de la pantalla de un dispositivo móvil afectar tanto a nuestro ritmo circadiano?
Resulta que puede. Anna-Maria Chang (Anne-Marie Chang) y sus colegas del Hospital Brigham and Women's de Boston en la Universidad de Harvard (EE. UU.) observaron durante dos semanas a doce adultos que leían regularmente un libro antes de acostarse. Solo algunos lo leyeron durante cinco días, primero en papel y luego en un "lector" electrónico, mientras que otros hicieron lo contrario: comenzaron con un dispositivo electrónico y continuaron con una versión impresa en papel. En cuanto al contenido, podía ser cualquier cosa, pero tenía que ser solo lectura de ocio, además, se excluían las imágenes y los acertijos. Se asignó tiempo para leer de 18-00 a 22-00, para dormir, de 22-00 a 6-00.
Los "lectores" electrónicos tampoco eran todos. Los investigadores midieron la cantidad de luz emitida por varios dispositivos móviles, incluidos iPad, iPhone, Kindle, Kindle Fire y Nook Color. Los dispositivos Kindle no emitieron luz, pero el iPad, el Kindle Fire y el Nook Color brillaron casi igual, aunque el iPad fue más brillante que los demás. Así que el experimento se fijó con el iPad.
Resultó que aquellos que leían desde dispositivos electrónicos se quedaban dormidos 10 minutos más y su fase de sueño REM disminuía. Además, se sentían más cansados a la mañana siguiente y tardaban más en despertarse. Al leer de la pantalla, el nivel de la hormona melatonina, que controla el reloj biológico, disminuyó en la sangre. Por la noche, antes de acostarse, debería aumentar (es por él, por cierto, que tenemos sueño), pero aquí todo sucedió al revés. Según los autores del trabajo, la razón de este efecto de los dispositivos electrónicos es que su radiación está enriquecida con luz azul, según la cual se orienta el reloj biológico en el cerebro.
Así que este es otro argumento a favor de navegar menos por Internet y leer más libros en papel, al menos por las noches. Bueno, o al menos elegir con cuidado otro juguete electrónico.
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